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La apuesta de éste año fue mantener al grueso del plantel e incorporar a algunos jugadores de experiencia. Aunque Iquique debutaba ganando las siguientes fechas fueron dos goleadas en contra para los dragones celestes, lo que provocó una pequeña crisis que arrojó como resultado la incorporación de cuatro jugadores más de basta experiencia en la primera b del fútbol chileno.
Tres días después de la llegada de estos jugadores se le ganaba en calidad de visitante a Fernández Vial en uno de los partidos más emocionantes del año, con un gol en el último minuto de Juan Riquelme. Fue una primera rueda bastante irregular en la cual se destaca quizás el mejor partido de Iquique y en el que más anotó goles, fue en la fecha 9 ante Santiago Morning en donde se ganó por tres goles a uno.

Luego venia una victoria ajustada ante Curicó, y aunque caía ante Temuco por dos goles a cero, se recuperaba la siguiente semana derrotando claramente a Rangers por dos goles a cero, otro partido emocionante llegaba cuando en el último suspiro y con un cabezazo de Sebastián Bolívar derrotaban a Santiago Morning y quedaban muy cerca de la punta, la semana de descanso pasó rápido y venían dos cotejos como local, que si el Dragón conseguía los tres puntos en ambos se encaramaba en lo más alto.
Con un gol de Rubén Taucare los dragones celestes vencían al puntero Osorno, y se consagraban como el mejor equipo de la segunda rueda, las ilusiones crecían la siguiente semana cuando se enfrentaban a Copiapó, sin embargo ese partido fue un desastre, el elenco de la tercera región aguó se planteó bien y el partido terminó en un escándalo dentro y fuera de la cancha.

Luego la escuadra celeste nuevamente sufría el mal de los últimos minutos, le ganaba a San Felipe dos a uno, pero nuevamente le igualaban el marcador en dos, aunque en la siguientes semanas fue mas de lo mismo igualaba en cero con Curicó en la ciudad de las tortas, Temuco le igualaba en el último minuto en casa, empataba ante Rangers en Talca y en el último minuto empataba con gol de Toledo ante el “chaguito” en el Tierra de Campeones.
Luego de una semana libre en donde se planteó como objetivo traerse cuatro puntos del viaje que se tenía que enfrentar a Osorno y tres días después a Copiapó, se viajó para ir a buscar las unidades en calidad de visita, pero Iquique perdía ante Osorno por dos goles a uno, luego de ir ganando, y el 3 de Octubre ante Copiapó perdía por dos goles a cero, teniendo un penal a favor que lo desperdició.

Pero el triunfo no basto para retomar la senda de resultados positivos, y nuevamente se caía en los últimos instantes del partido ante San Luis, luego se empataba ante Fernández Vial en un deslucido partido, San Felipe le ganaba a Iquique en los últimos minutos nuevamente, y aunque luego se le ganaba apretadamente a Curicó en casa y se igualaba con un complicado Temuco en la novena región, la ilusión estaba centrada en ganarle a Rangers en casa, pero nuevamente Iquique desaprovechó la chance y igualaba sin goles ante los piducanos, Santiago Morning acababa con la última esperanza ganándole a Iquique en un partido que tuvo de todo en Santiago.

De los jugadores se podría decir que Daniel Kennedy se ganó con creces la titularidad, y fue uno de los más destacados en el plantel celeste, Miguel Chamorro que venia de un gran año en tercera división fue perdiendo protagonismo de a poco y solo terminó jugando por la suspensión o las lesiones de Kennedy, y tras ellos Alejandro Becerra esperó siempre su oportunidad, aunque tiene muchas condiciones, la chance todavía no le llega.
En la línea defensiva sin duda el mejor fue Rubén Taucare, quien estaba inactivo, pero demostró todas sus condiciones y se transformó en lo mejor del año, Andrés Carrasco vino de menos a más, Christian Camilo llegó a afirmar la defensa, pero en las últimas fechas sufrió el trajín del torneo, Dixon Ahumada fue una alternativa que en las últimas dos ruedas no fue ocupada, aunque cuando se le necesitó respondió de acuerdo a su capacidad.

Sebastián Bolívar fue uno de los más destacados, por momentos fue el goleador del equipo, pero Carreño siempre lo tuvo como un polifuncional y no lo dejó estar en una sola posición. Nelson Arriaza y Alexis Garrido era la dupla de contención que salía de memoria, fueron importantes en las labores de quite de balón, y se destacaron por sobre varios.
Juan Farías lamentablemente no tuvo una buena temporada, lesiones que lo aquejaron y un técnico que no lo consideró en prácticamente ningún cotejo, al igual que Patricio Contreras quien respondió con dos goles, pero no le dieron confianza, Sebastián Marchant es uno de los buenos, que respondió bastante bien, aunque su lesión lo marginó por varios meses.
Marcelo Páriz fue al que más le costó adaptarse, aunque en la primera mitad no encontró nunca su juego, Carreño lo ubicó por la franja izquierda y el uruguayo fue tomando ritmo de a poco y levantó considerablemente su nivel. Jorge Toledo fue el último que llegó, un jugador bastante claro y el enlace que necesitaba del comienzo Iquique, pero fue bastante irregular y los problemas con el técnico hicieron que Toledo armara sus maletas antes de tiempo.
Juan Pastenes es un jugador que siempre fue una alternativa en los segundos tiempos, pero nunca se pudo meter totalmente en el equipo, y las lesiones lo marginaron. Edson Puch sin duda es un jugador talentosísimo, pero se fue perdiendo en sus enganches.

Rodrigo Tapia llegaba como salvador, pero fue de más a menos, el cambio de delantero a creador le afectó y diluyó su juego, Víctor Belaúnde es un luchador, aunque no le salieron las cosas en las primeras fechas, Belaúnde se las arregló para marcar y cumplió en parte. John Queeley sin duda fue el peor, el estadounidense fue el fiel reflejó de la tozudez de Carreño y seguramente del moreno jugador no sabremos más.
Caso aparte es de los que partieron este año y se fueron quedando en el camino, Cristóbal Soto nunca pudo debutar en la primera b como fue su sueño vistiendo la celeste, y partió temprano a la Unap pero lamentablemente los problemas físicos le afectaron y su futuro en el fútbol es incierto, Diego Belaúnde fue otros de los que no tuvo chances, y partió a mitad de año a Municipal Alto Hospicio, Pablo Montero fue otro de los casos complicados en Iquique, llegó como refuerzo y cuando ya tomaba ritmo curiosamente acusó problemas personales y partió del club. Pero meses después lo veíamos firmando por Coquimbo.
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