miércoles, 17 de octubre de 2007

Con gol de Patricio Galaz , Unap saca ventaja mínima como local


En un emocionante partido el cuadro universitario dirigido por Ramón Estay se impuso agónicamente por dos goles a uno al representativo de San Marcos de Arica, que a pesar de ir ganando, sucumbió ante un cuadro universitario que luchó hasta el último segundo.

Un primer tiempo bastante trabado se jugó en el Hernán Villanueva, donde el cuadro de Unap pudo abrir la cuenta en la primera media hora de juego, en los pies de Mauro Abarca y luego Charlie Sarapura, ataques que luego se diluyeron por la alza en el juego de los ariqueños, principalmente de su figura Sebastián Calderón.

La segunda etapa comenzaba cuesta arriba para el local, ya que un balonazo al área enviado por el ariqueño Elizondo, fue despejado defectuosamente por Rodrigo Flores que dejó el balón ahí mismo servido para que llegara Sebastián Calderón a definir y poner el uno a cero para los ariqueños, cuando solo corrían treinta y siete segundo del segundo tiempo.

Los cambios que se efectuaron en los universitarios iquiqueños, entregaron al equipo de Ramón Estay mayor profundidad para llegar a la portería de Kroll Albiña, quien en los veintiocho derribó a Jorge Schiller en el área chica en una discutida acción que el juez Rafael Cisternas resolvió cobrando la pena máxima. El encargado ejecutar el penal fue el habilidoso Eduardo Medalla, quien sin ningún problema marcó el empate transitorio.

El partido se encendía en el último cuarto de hora, Unap atacaba con más garra que fútbol y San Marcos se defendía con todo, ya que poco podía hacer en ataque por la salida de Calderón.
La igualdad parecía sellada, ya que los arqueros respondían a los remates que se sucedían en los últimos minutos, hasta que en los descuentos un tiro de esquina de Medalla, fue cabeceado por el defensor Patricio Galaz, para desatar la alegría y euforia en las más de 800 personas que llegaron al Hernán Villanueva. Ahora solo queda esperar lo que pasará en siete días más en la ciudad de la eterna primavera.

Claudio Espinoza B.

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